sábado, 22 de febrero de 2014

Eternidad.

¿Qué es lo imperecedero en una persona? ¿Qué queda de ella cuando nos falta? ¿Nuestro recuerdo de ella? Pero la memoria es frágil y fabuladora. No es un testigo fiable, y sólo con su ayuda no se puede restituir la realidad íntegra de una persona. ¿La idea que nos hicimos de ella en vida? ¿El modo de ser único con que se nos mostró? Pero las ideas, aunque sean claras y distintas, pueden llegar a falsear la realidad no menos que la memoria, y necesitan cerebros que las cobijen. En ausencia de éstos, ¿qué puede quedar de las personas que fueron y ya no son? ¿El amor que les brindamos o el que ellas nos brindaron, quizá? ¿Y qué quedará de ese amor cuando la persona que nos amó ya no esté, o no estemos nosotros, que la amamos? Tal vez lo imperecedero en una persona, como en todo lo existente, no sea sino el instante, que puede ser eterno.

                                                              Jaume Plensa: Sho (2007)

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